LO QUE LLEVA
Claras, 1 y 1/2 tazas (10 u 11)
Agua fría. 2 cucharadas
Jugo de limón, 1/2 cucharada
Esencia de vainilla, 1 cucharadita
Esencia de almendras, unas gotas (pueden omitirse)
Crémor tártaro, 1 y 1/2 cucharaditas
Sal, un poquito así
Harina, una taza
Azúcar impalpable tamizada, 1/2 taza
Azúcar molida, 1 taza
COMO SE HACE
Tamice la harina. Agréguele el azúcar impalpable y vuelva a tamizar todo... ¡6 veces! Reserve.
Tamice aparte el azúcar molida... ¡3 veces! Reserve.
Coloque en el bol de la batidora las claras, el agua, el jugo de limón, el crémor tártaro, la esencia de vainilla, la
de almendras y la sal. Bata todo hasta que se forme un merengue bien espumoso, pero no seco.
Agréguele el azúcar molida, de a una cucharadita por vez, mientras continúa batiendo hasta incorporarla toda.
Siga batiendo hasta obtener un merengue consistente y brillante. Agregue a este merengue la harina que tamizó con el azúcar
impalpable, incorporándolos en tres veces y mezclando con movimientos envolventes.
Vierta la preparación en un molde con tubo central así de grande (26 a 28 cm) y totalmente limpio (es decir: sin enmantecar
ni enharinar).
Tome una espátula larga y angosta de metal (o un cuchillo...), húndala suavemente en la pasta que está en el molde y trace
dos o tres círculos concéntricos a fin de eliminar las burbujas de aire que se podrían formar en la miga al cocinarse.
Cocine la torta 15 minutos en horno moderado; y luego siga cocinándola a fuego mínimo, unos 20 o 30 minutos más (clávele
una brochette: debe salir sin adherencias)
Retire el molde del horno e inviértalo sobre una rejilla a fin que elimine el vapor de la cocción. Ayúdela con un cuchillito
a sacarse el molde de encima.
Una vez fría, córtela en capas y rellénela a gusto. Yo me limito a rellenarla con crema chantillí y cantidades industriales
de frutillas azucaradas.
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